- Erich Mielke (Berlín 28/12/1.907 - 21/05/2.000) Mielke se integró pronto en la organización paramilitar del KPD (el partido comunista de Alemania). El 09/08/1.931 participo en el atentado contra unos policías berlineses. A consecuencia del atentado en Bülowplatz, huyó de Alemania y marcho al exilio poco antes de la llegada al poder de los nazis.
Después de pasar por Amberes, se trasladó a la URSS donde entró a trabajar para el NKVD. Participó en la Guerra Civil Española como uno de los agentes secretos soviéticos que actuaron en la zona republicana integrado en el Servicio de Información Militar. Tras el final de la IIG.M. y su retorno a lo que después se convertiría en la RDA, Mielke se convirtió en el protegido del general soviético I.Seroz que como Adjunto de W.Zaisser lo situó al frente de una nueva policía secreta alemana para la zona soviética llamada Kommissariat 5. En 1.957 Mielke pasaría a dirigir la Stasi, después de que su predecesor E.Wollweber fuera obligado a dimitir.
Mielke desempeñó un papel esencial en la conspiración que colocó a E.Honecker al frente del SED a E.Honecker, desplazando a W.Ulbricht en 1.971. Como gesto de gratitud, E.Honecker le regaló una mansión en Wandlitz, le nombró miembro del Politburó y le reforzó al frente del aparato policial del estado.
Cuando la dictadura comunista de la RDA se derrumbó en 1.989, Honecker y Mielke tuvieron que dimitir. Mielke llevaba desde 1.957 en su cargo y los hombres de la Stasi se negaron a actuar en las movilizaciones de octubre contra el régimen.
En la sede de Berlín, la Stasi llegó a almacenar millones de informes sobre los ciudadanos de la RDA, elaborados en su mayoría a partir de confidencias de amigos, compañeros de trabajo e incluso las esposas. Mielke no dudaba en decretar el asesinato y la tortura contra quienes consideraba enemigos de la RDA.
Mielke pasaba gran parte de su tiempo en las habitaciones privadas del complejo de la Stasi en la Normanstrasse, desde donde impartía sus ordenes. El 17/11/1.989 fue expulsado del SED. En 1.991 fue juzgado por el atentado en Berlín que costó la vida a dos policías y heridas a un tercero en 1.931, Para incriminarlo sirvieron los expedientes de aquel suceso que Mielke había guardado bajo llave. Cumplió dos de los seis años a los que fue condenado. Fue liberado debido a su mala salid, que le salvó también de ser acusado de las muertes ocurridas en los intentos de pasar la frontera entre las dos alemanias o por los delitos de la Stasi.
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