Llevamos semanas asistiendo al "debate" sobre la financiación autonómica. Las propuestas son de lo más variadas y creativas, del federalismo asimétrico a las agencias tributarias para cada comunidad autónoma pasando por una amplo catálogo de propuestas.
Todos las anteriores propuestas se reducen a más de lo mismo, a saber : Estrujar al contribuyente, estrujar al elemento productivo.
No podemos seguir por el camino de resolver los problemas de financiación de la gestión pública incrementando la presión fiscal sobre el contribuyente. Nuestros políticos deben acostrumbrarse a manejar un determinado presupuesto, englobado en la gestión global de un país, y a rendir cuentas de ese presupuesto. Hasta ahora nuestros políticos se han acostumbrado a vivir gastando a polvora de rey, y eso se debe acabar ya.
Hay que instaurar un sistema público efectivo de auditoría independiente y seguimiento de las cuentas de las autonómias ( por extensión demás organizaciones del poder púnblico), de forma que todas y cada una de las partidas del presupuesto cuente con su reponsable y seguimiento de desviaciones, con las consiguientes medidas correctoras.
No se puede seguir con canales de radio/televisión deficitarios, sueldos a funcionarios muy por encima de la media razonable, partidos de fútbol que nadie ve y programas para folkloricas y demás fauna a cargo del contribuyente.
La administración del Estado, como "responsable" del bienestar común, debe regirse por los mismos criterios de eficacia y eficiencia que cualquier empresa. El objetivo para cualquier político, desde nivel de administración local a administración estatal, debe ser siempre hacer más con menos.
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martes, mayo 17, 2005
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