Era de morirse de risa, el rey Juan Carlos I de visita en Montmeló para el gran premio de formula uno y evidentemente, como iba a ser menos, la tropa de polìticos de turno a su lado corriendo detrás de él y buscando el momento de la foto para la posteridad.
En un momento dado la visita a la parrilla de salida termina y cuando llega el momento de subir a la torre de control, el Conseller en Cap de la Generalitat que iba delante de la comitiva se para y gracilmente le cede el paso a su majestad el Rey.
Poco menos que de risa ver como tan rápidamente se adaptan y se flexibilizan los principios inamovibles.